Imagina tener tu propio banco privado, donde tú eres el prestamista, el prestatario y el administrador. Eso es exactamente lo que puede ofrecerte un seguro IUL. En lugar de depender de entidades financieras externas para manejar tu dinero y financiar tus proyectos, puedes transformar tu póliza IUL en una poderosa herramienta financiera que funciona como tu banco personal.
Con un seguro IUL, construyes un “valor en efectivo” que actúa como tu fondo privado. Este valor en efectivo no solo crece con el tiempo gracias a su vinculación con índices bursátiles, sino que también está disponible para que lo utilices a tu antojo. Puedes pedir prestado contra este valor en efectivo para cubrir gastos importantes, como una remodelación en casa o incluso una inversión en un nuevo negocio, a menudo con tasas de interés competitivas y sin la necesidad de pasar por procesos bancarios tradicionales.
Lo más atractivo de usar tu IUL como un banco propio es la flexibilidad y el control que obtienes. No tienes que preocuparte por las condiciones restrictivas de los préstamos bancarios ni por las fluctuaciones de las tasas de interés del mercado. Tú decides cuándo y cómo retirar dinero, y cómo reembolsar los préstamos a ti mismo. Es como tener una caja de herramientas financieras a tu disposición, adaptada exactamente a tus necesidades y objetivos, brindándote libertad y seguridad en la gestión de tu dinero.